LA CUMBRE DE KIOTO
La cumbre de Kioto es un protocolo sobre el
cambio climático y un acuerdo internacional que se ha creado para reducir la
emision de seis tipos de gases a la atmósfera. Estos seis tipos de gases son:
dióxido de carbono, gas metano, óxido nitroso y los otros tres son gases
industriales: hidrofluorocarburo, perfluorocarbonos, hexafluoruro de azufre.
En
escala global estos gases deben ser reducidos un 5%, pero esto no significa que
todos los países deban reducir su emisión de gases en ese porcentaje como
mínimo, sino, que por el contrario, cada país es obligado por Kioto tiene sus
propios porcentajes de emisión para disminuir la contaminación global.
El
protocolo fue adoptado inicialmente el
11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón, pero no se puso en práctica hasta el
16 de febrero de 2005. En noviembre de 2009, eran 187 estados los que aceptaron
el protocolo. Pero Estados Unidos, el país mas consumidor de gases, no ha
aceptado el protocolo.
El
instrumento se encuentra dentro del marco de la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Fue escrita en
1992 dentro de lo que es conocido como la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro. El protocolo vino a dar
fuerza vinculante a lo que en ese entonces no pudo hacer la CMNUCC El 11 de
diciembre de 1997 los países industrializados se comprometieron, en kioto a
ejecutar un conjunto de medidas para reducir gases de efecto invernadero. Los
gobiernos signatarios de dichos países pactaron reducir en al menos un 5 %
en promedio las emisiones contaminantes entre 2008 y 2012, tomando como
referencia los niveles de 1990. El acuerdo entró en vigor el 16 de febrero de
2005, después de la ratificación por parte de Rusia el 18 de
noviembre de 2004.
El objetivo
principal es disminuir el cambio climático antropogénico cuya base es el
incremento forzado del efecto invernadero. Según las cifras de la ONU, se prevé que la
temperatura media de la superficie del planeta aumente entre 1,4 y 5,8 °C de aquí a
2100, a pesar que los inviernos son más fríos y violentos. Esto se conoce como calentamiento global. «Estos cambios
repercutirán gravemente en el ecosistema y en nuestras economías», señala la Comisión Europea sobre Kioto.
Una cuestión a
tener en cuenta con respecto a los compromisos en la reducción de emisiones de
gases de efecto invernadero es que la energía nuclear queda excluida de los
mecanismos financieros de intercambio de tecnología y emisiones asociados al
Protocolo de Kioto,[] pero es una de las formas de
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en cada país.[]
Así, el IPCC
en su cuarto informe, recomienda la energía nuclear como una de las tecnologías
clave para la mitigación del calentamiento global.
Se estableció que
el compromiso sería de obligatorio cumplimiento cuando lo ratificasen los
países industrializados responsables de, al menos, un 55 % de las
emisiones de CO2. Con la ratificación de Rusia en
noviembre de 2004, después de
conseguir que la UE
pague la reconversión industrial, así como la modernización de sus
instalaciones, en especial las petroleras, el protocolo ha entrado en vigor.
Además del
cumplimiento que estos países han hecho en cuanto a la emisión de gases de
efecto invernadero se promovió también la generación de un desarrollo
sostenible, de tal forma que se utilice también energías no convencionales y
así disminuya el calentamiento global.
Países y regiones participantes
Estados Unidos
El expresidente de Estados Unidos Bill Clinton
no firmó el acuerdo y el Congreso de su país no lo ratificó por lo que su
adhesión sólo fue simbólica hasta 2001 en el cual el gobierno de Bush se
retiró del protocolo, según su declaración, no porque no compartiese su idea de
fondo de reducir las emisiones, sino porque considera que la aplicación del
Protocolo es ineficiente (Estados Unidos, con apenas el 4 % de la
población mundial, consume alrededor del 25 % de la energía fósil y es el
mayor emisor de gases contaminantes del mundo[] )En 2015 el presidente Obama a
través de la Agencia
de Protección Medioambiental (EPA, por su sigla en inglés) puso como objetivo
la reducción de las emisiones en un 30 % para 2030. []
La Unión Europea
La Unión Europea, como agente especialmente activo en la
concreción del Protocolo, se comprometió a reducir sus emisiones totales medias
durante el periodo 2008-2012 en un 8 % respecto de las de 1990. No obstante,
a cada país se le otorgó un margen distin to en función de diversas variables
económicas y medioambientales según el principio de «reparto de la carga», de
manera que dicho reparto se acordó de la siguiente manera: Alemania -21 %,
Austria -13 %, Bélgica
-7,5 % Dinamarca
-21 %, Italia -6,5 %,
Luxemburgo -28 %, Países Bajos
-6 %, Reino Unido -12,5 % Finlandia
-2,6 %, Francia
-1,9 %, España
+15 %, Grecia
+25 %, Irlanda
+13 %, Portugal
+27 % y Suecia
+4 %.
España
España se
comprometió a limitar el aumento de sus emisiones un máximo del 15 % en
relación al año base. Pero es el país miembro que menos posibilidades tiene de
cumplir lo pactado. El incremento de sus emisiones en relación a 1990 durante
los últimos años ha sido como sigue: 1996: 7 %; 1997: 15 %; 1998:
18 %; 1999: 28 %; 2000: 33 %; 2001: 33 %; 2002: 39 %;
2003: 41 %; 2004: 47 %; 2005: 52 %; 2006: 49 %; 2007:
52 %; 2008: 42,7 % 2015: 24,2333 % []
Argentina
Argentina,
como país en desarrollo y con aproximadamente el 0,6 % del total de las
emisiones mundiales, no estaba obligada a cumplir las metas cuantitativas
fijadas por el Protocolo de Kioto. Pese a ello ratificó el acuerdo, previa
aprobación del Congreso Nacional el 13 de julio de 2001, a través de la Ley Nacional 25.438[] En consecuencia, su condición de
país adherente hace que deba comprometerse con la reducción de emisiones o, al
menos, con su no incremento.
Canadá
El 11
de diciembre de 2011 Canadá
abandonó el Protocolo de Kioto sobre el cambio climático para no pagar las
multas relacionadas con el incumplimiento
de la reducción de emisiones. Este anuncio lo hizo pocas horas después de la
conclusión de la cumbre sobre el cambio climático de Durban.
Después de Kioto
Las
llamadas Partes se reunieron por primera vez para su seguimiento en Montreal,
Canadá,
en 2005,[]donde se estableció
el llamado Grupo de Trabajo Especial sobre los Futuros Compromisos de las
Partes del Anexo I en el marco del Protocolo de Kioto, orientado a los acuerdos
a tomar para después de 2012.
En
diciembre de 2007, en Bali, Indonesia,[] se llevó a cabo la tercera reunión
de seguimiento, así como la 13ª cumbre del clima con el foco puesto en las
cuestiones post 2012. Se llegó a un acuerdo sobre un proceso de dos años, u
hoja de ruta de Bali, que tiene como objetivo establecer un régimen post 2012
en la XV Conferencia sobre el Cambio
Climático, también "15 cumbre del clima", de diciembre de
2009, en Copenhague,
Dinamarca,
y COP 16 en Cancún,
México,
fecha del 29 de noviembre al 10 de diciembre de 2010. En Cancún los más de 190
países que asistieron a la
Cumbre adoptaron, con la reserva de Bolivia,
un acuerdo por el que aplazan el segundo período de vigencia del Protocolo de
Kioto y aumentan la "ambición" de los recortes.[15]
Se decidió crear un Fondo Verde Climático dentro de la Convención Marco
que contará con un consejo de 24 países miembro. Éste será diseñado por un
comité de transición que formarán 40 países. También se llegó al compromiso de
proporcionar 30 000 millones de dólares de financiación rápida, aunque se
reconoce la necesidad de movilizar 100 000 millones de dólares por año a
partir de 2020 para atender a las necesidades de los países en desarrollo.
Esa
hoja de ruta se complementa con el Plan de Acción de Bali, que identifica
cuatro elementos clave: mitigación, adaptación, finanzas y tecnología. El Plan
también contiene una lista no exhaustiva de cuestiones que deberán ser
consideradas en cada una de estas áreas y pide el tratamiento de “una visión
compartida para la cooperación a largo plazo”.
Segundo periodo del Protocolo de Kioto
La
decimoctava Conferencia de las Partes sobre cambio climático ratificó el
segundo periodo de vigencia del Protocolo de Kioto desde el 1 de enero de 2013
hasta el 31 de diciembre de 2020.
La
duración de este segundo periodo del Protocolo será de ocho años, con metas
concretas al 2020. Sin embargo, este proceso denotó un débil compromiso de los
países industrializados, tales como Estados Unidos, Rusia,y Canadá,
los cuales decidieron no respaldar la prórroga.
En
torno a la
Plataforma Durban, la decisión fue continuar con el grupo de
trabajo aprobado el año pasado en Sudáfrica.
Las partes podrán exponer observaciones sobre planes nacionales de acción
respecto a la mitigación y adaptación del cambio climático, con el objetivo de
superar las barreras y alcanzar una homologación a escala internacional.
La
canalización de financiamiento y tecnología de apoyo a países en desarrollo
tuvo avances importantes. Los países desarrollados reiteraron su compromiso de
continuar el financiamiento a largo plazo, con miras a movilizar 100 mil
millones de dólares para adaptación y mitigación hasta el 2020.
Además,
las partes acordaron seguir con esfuerzos para implementar Planes Nacionales de
Adaptación en países en desarrollo. Para ello, iniciaron diálogos sobre el
mecanismo de daños y pérdidas que permitan el reconocimiento financiero a
países víctimas de desastres climáticos significativos.
La
aprobación de un nuevo programa para desarrollar capacidades mediante la
educación y el entrenamiento sobre cambio climático fue también considerada una
herramienta para crear conciencia pública que permita una mayor participación
ciudadana en la toma de decisiones.
En el
desarrollo de la cumbre, Ecuador presentó varias propuestas, entre ellas Emisiones
Netas Evitadas, iniciativa que se convirtió en un mecanismo principal de la
convención, el cual planea un proceso de implementación a través de un programa
creado con esta finalidad.
Esta
iniciativa marca un balance positivo para Ecuador en el tema de cooperación
ambiental.Aunque la participación internacional estuvo marcada por un
compromiso débil y metas poco ambiciosas de cooperación, en torno a la
reducción de emisiones, el país continúa trabajando en iniciativas ambientales,
señaló Lorena Tapia, la ministra del Ambiente de
ese país.